Sunday, November 24, 2013

NO A LOS PRODUCTOS CATALANES

Falta un mes y medio para Navidad y algunos empresarios ya
empiezan a alertar de un nuevo episodio de boicot a las botellas
de cava de Cataluña, que fue especialmente agudo en los años
2004, 2005 y 2006, durante la tramitación de la reforma del
Estatuto de Autonomía catalán.
El presidente de Freixenet, José Luis Bonet, reconoció hace unos
días que su empresa empieza ya a notar un boicot bidireccional:
de españoles de fuera de Cataluña que rechazan comprar productos
de esta comunidad por la deriva independentista, pero también de
catalanes independentistas soliviantados por las declaraciones de
Bonet a favor de la permanencia de Cataluña dentro de España.
La campaña de boicot ha provocado que un número significativo de
españoles dejen de comprar cava catalán y, para brindar en las
comidas y cenas de las fiestas navideñas pasen a adquirir espumosos
de otras regiones vinícolas de España: Extremadura, Comunidad
Valenciana, Aragón, La Rioja, Navarra y Castilla y León. Perspectivas
de crecimiento respecto a un buen 2012
“Se prevén unas salidas al mercado en torno a un 30% superiores
al año pasado”, afirma a El Confidencial Autonómico el gerente de
una bodega de cava de Almendralejo, en Extremadura, que venden
buena parte de su producción en Madrid, Andalucía y Castilla y León.
Otros productores de cava de toda España con los que se ha puesto
en contacto ECA prefieren ser mucho más cautos. “Si subiésemos
un 5% nos conformamos”, explica el responsable de una bodega
valenciana, en la zona vinícola de Requena.
Algunos afirman que, con la caída del consumo en España fruto de
la crisis, se contentan con mantener las mismas cifras que en 2012.
Un bodeguero extremeño asegura que el año pasado vendieron
todas las botellas del almacén, y por eso han aumentado ligeramente
la producción para este año.
Otros se limitan a asegurar que las perspectivas para esta campaña
son buenas y auguran un crecimiento que, en buena medida, está
motivado por el boicot al cava catalán.
“Piden cava que no sea catalán”
Desde otra bodega extremeña admiten a El Confidencial Autonómico
que este fenómeno existe: “Como cavistas no nos gusta que haya
boicot, pero desgraciadamente sí nos beneficia”.
El portavoz de una bodega de Navarra explica que “en algún caso los
clientes que llaman para hacer pedidos comentan que no quieren
comprar cava de Cataluña”, algo que corroboran en explotaciones
vinícolas de La Rioja.
El gerente de una empresa de Extremadura asegura que “es cierto
que hay personas, especialmente consumidores finales que piden
directamente a la bodega bajo esa excusa”.
También en Castilla y León, en la denominación de origen de Ribera
de Duero, han visto aumentar las ventas en los últimos años.
El portavoz de una bodega de la provincia de Burgos lo explica a
El Confidencial Autonómico: “Sí comentan lo de Cataluña desde
que Carod-Rovira dijo eso sobre Madrid 2012, desde entonces ha

crecido la tendencia de gente que pide cava que no sea catalán”.

Thursday, November 14, 2013

Joven de 16 años inventa sensor para detectar cáncer en cincos minutos

By Administrador del blog / Category Medicina / noviembre 10, 2013

A los 15 años, Jack Andraka, un estudiante estadunidense de secundaria, logró un descubrimiento que podría afectar a la millonaria industria del cáncer.

Nacido en Crownsville, Maryland, este joven inventó un sensor de papel capaz de detectar en cinco minutos tres tipos de cáncer: el de páncreas, el de ovario y el de pulmón.

Lo más increíble es que esta prueba tiene un costo de 3 centavos de dólar, es 26 mil veces menos caro, 168 veces más rápido, 400 veces más sensible que los métodos actuales para detectar el cáncer y además no es invasivo.

“Pero lo mejor de todo es que se puede detectar el cáncer en las etapas más tempranas, cuando alguien tiene casi 100 por ciento de probabilidades de sobrevivir, y hasta el momento es más de 90 por ciento exacto para detectar el cáncer”, dijo al presentarse en el Festival de las Mentes Brillantes.  

    Andraka consideró que una vez que este sensor, de patente en trámite, entre al  mercado, los índices de supervivencia del cáncer de páncreas, que actualmente son de 5.5%, podrían pasar a casi el 100%.

“Y va a ser lo mismo para cáncer ovario y de pulmón”, agregó, “y cambiando el anticuerpo, este mismo invento puede utilizar una proteína diferente para detectar Alzheimer, otras formas de cáncer o VIH”.

Sin embargo, reconoció que su invento aún podría tardar entre 5 ó 10 años en lograr los permisos para comercializarse en Estados Unidos, debido a las restricciones legales que existen en ese país para este tipo de tecnologías.

Al presentarse como ponente en la Ciudad de las Ideas, el joven, quien actualmente cuenta con 16 años, narró que fue cuando uno de sus familiares murió de cáncer de páncreas, cuando se interesó por investigar sobre esta enfermedad.

Con información que obtuvo de Google y Wikipedia, Andraka estudió las 8 mil proteínas que se encuentran en el torrente sanguíneo, hasta entender que una de ellas, la mesotelina, se dispara en etapas tempranas, en la sangre de las personas que enferman de cáncer de páncreas.

Recordó que fue cuando estaba en una clase de biología, en la secundaria, cuando tuvo una “epifanía” para dar con la forma de detectar esa proteína.

La mecánica fue utilizar anticuerpos y entretejerlos en una red de nanotubos de carbono, de modo que se obtiene un marcador que únicamente reacciona a cierta proteína, explicó.

“Tan sencillo como hacer galletas de chocolate chip”, resumió.

De 200 solicitudes que envió a laboratorios de universidades, recibió 199 rechazos y sólo la Universidad de Johns Hopkins se interesó en apoyar su proyecto.

Andraka habló sobre los obstáculos a los que se enfrentan los jóvenes que se interesan en la ciencia, debido a que una gran parte de los materiales sobre investigaciones no son accesibles para la mayoría.

“El mundo de la ciencia debería ser tan accesible como el mundo de la cultura pop, como una canción que puedes comprar en un centavo”, dijo.
Agregó que incluso se puede considerar que existe una “aristocracia del conocimiento”, si se toma en cuenta la limitante de que millones de habitantes en el mundo no tienen acceso al internet.
Apuntó que la ciencia no debería ser un lujo, debería ser un derecho humano fundamental, “el derecho de acceso a la información debe ser de todos, no sólo de los que pueden pagar”.
“Las ideas no discriminan, las grandes ideas pueden llegarle a cualquiera, incluso a un chico de 15 años que está en su clase de biología, entonces ¿por qué habríamos de discriminar en el acceso al conocimiento?, porque piensen ustedes si un chico de 15 años, que no sabía lo que era el cáncer de páncreas, puede encontrar una manera de diagnosticar el cáncer de páncreas, imagínense lo que podemos hacer todos juntos”, finalizó el joven que fue ovacionado por los asistentes.
Este investigador “amateur” del cáncer ha ganado el premio Gordon E. Moore de la Feria Internacional de Ciencia e Ingeniería de Intel y el Premio Smithsoniano al Ingenio Estadounidense y es el orador más joven de la Real Sociedad de Medicina en Estados Unidos.


¿Qué pasa cuando los precios no dejan de bajar?

La inflación suele ser el fantasma más temido en América Latina pero es menos peligroso que un fenómeno económico mucho más misterioso: la deflación. La deflación es la disminución continua de los precios, algo que a primera vista parece deseable ya que potencia el poder adquisitivo, pero que puede terminar en un círculo vicioso como el que vive la economía japonesa desde principios de los 90.
El estancamiento total, para algunos expertos tan temible como la inflación, tiene su propio nombre: la "economía zombi". El problema es que una caída generalizada de los precios refleja en realidad una caída de la demanda y afecta la rentabilidad de las empresas que, para seguir vendiendo, necesitan abaratar sus productos bajando costos.
La única manera de hacerlo es despidiendo trabajadores, con lo que disminuye más la demanda y profundiza la caída de los precios. Con este perro que se muerde la cola el precio puede terminar siendo menor que el costo (inflación menor a 0%): el horizonte de una producción a pura pérdida es la bancarrota.
Este fantasma es el que recorre la eurozona, que tuvo una inflación de 0,7% en octubre, la más baja desde 2009, muy lejos de la cifra que el Banco Central Europeo (BCE) considera saludable para la economía: el 2%.

SuperMario

Con este panorama de fondo, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, bajó la tasa de interés de 0,5% a 0,25% el jueves pasado, su nivel histórico más bajo.
Según Simon Tilford, vicedirector del Centre for European Reform de Londres, la medida es positiva, pero insuficiente. "El BCE consideraba que el problema era la inflación, no la deflación. Esta medida muestra quefinalmente se dieron cuenta que el gran peligro es la deflación. En toda economía hay momentos de deflación. Pero una cosa es que baje el precio de las computadoras. Otra que el precio del conjunto de los productos esté bajando", indicó a BBC Mundo.
En agosto del año pasado a Mario Draghi le bastó decir que el BCE haría todo lo que estuviera a su alcance para salvar al euro del ataque especulativo que se cernía sobre España e Italia. La intervención fue exitosa y le granjeó el sobrenombre de "SuperMario".
Pero la deflación es un hueso más duro de roer. La disminución de la tasa de interés alivió la presión sobre el euro que había alcanzado su valor más alto desde 2011 y que cayó 1%, dando un respiro al atribulado sector exportador.
Esta disminución ayuda a su vez a aumentar la inflación, porque con una moneda de menor valor las importaciones cuestan más e incrementan el precio final de los productos. Pero según Tilford, se trata de un impacto marginal.
"Ayudan, pero no solucionan. El principal objetivo es evitar que se complique más el tema de la deuda pública y privada porque con deflación se vuelve más cara, ya que se paga con un Producto Interno Bruto que está bajando debido a esta caída de los precios", señaló a BBC Mundo.

El caso griego

Con seis años de recesión a cuestas y dos programas de rescate de la Troika (Comisión Europea, BCE y Fondo Monetario Internacional), la deuda no ha parado de crecer en Grecia: hoy es de 170% del PIB. Si se le suma un desempleo de 27,7% (60% entre los jóvenes) y una caída de 12% de los salarios, se entiende por qué la demanda y el consumo están planchados.
En octubre los precios cayeron un 2% de promedio. Alimentos y bebidas no alcohólicas (carne, pescado, verduras, gaseosas) cuestan un 0,5% menos, ropa y calzado bajaron 1,1%, artículos del hogar 2,3%, restaurantes 3%. Como regla, cuanto más indispensable para la supervivencia, menor la caída del precio porque el consumo del producto es difícilmente postergable (la comida, por ejemplo).
"Esta caída es un intento de adecuarse a los ingresos que tiene la gente. Mientras sea temporaria, no es tan grave", señaló al Financial Times el analista Platon Monokroussos, del Eurobank de Atenas.
El consenso entre los economistas es que resulta muy difícil salir de la llamada espiral deflacionaria.

El problema alemán

El discurso dominante sobre la crisis de la eurozona es que los países del sur europeo tienen problemas "estructurales" (mercados laborales rígidos, excesivo gasto fiscal, etcétera) que deben ser resueltos para que el euro sobreviva.
Desde esta perspectiva, Alemania, la economía dominante de la eurozona, es una suerte de milagro de eficiencia que empuja hacia arriba el crecimiento promedio de la región. La realidad es que, si bien la economía germana ha crecido en estos últimos años, su consumo doméstico aumentó apenas 0,5%, el  desempleo es bajo gracias a que unos ocho millones de alemanes tienen "minijobs" (450 euros mensuales) y más de un millón de empleados temporarios ganan un 40% menos que los de plantilla.
Entre 2000 y 2010 el salario promedio alemán disminuyó 4% mientras que, en comparación, en España los sueldos subieron 4% y en Polonia, 19%. Ni la crisis de la deuda soberana desatada en 2010 ha revertido esta situación.
"La eurozona necesita una política expansiva alemana que aumente los precios en Alemania y sirva para equilibrar las cuentas con sus socios de la eurozona, estimulando las exportaciones del sur al norte de Europa. Esto no está sucediendo por razones políticas", señala Tilford.

Economía zombi

Mientras no haya cambios en Alemania, los paralelos de la eurozona con el Japón de las últimas dos décadas se harán más visibles.
La crisis japonesa comenzó a principios de los 90 de la mano de una burbuja inmobiliaria y financiera. Con un Banco Central aferrado al mandato de una inflación de 1% anual, el país sufrió cinco recesiones en los últimos 15 años.
El estancamiento fue tal que se acuñó un nuevo nombre para definir la economía nipona, el de "economía zombi".
Como en la célebre película de George A. Romero, "La noche de los muertos vivos", una economía zombi sobrevive gracias a masivas transfusiones.
Grecia, Portugal, la República de Irlanda y Chipre han vivido del pulmotor de la Troika (Banco Central Europeo, Comisión Europea y Fondo Monetario Internacional) que ha servido para evitar una crisis sistémica de la eurozona.
Los bancos de la eurozona han usado un instrumento especial creado por el Banco Central Europeo, el LTRO, para sobrevivir sus propios problemas, derivados del estallido financiero de 2008 y la posterior crisis de la deuda soberana.
Desde el Centre for European Reform alertan que la situación es más seria en la eurozona que en Japón.
"La eurozona tiene menos herramientas para combatir la deflación que Japón. Los japoneses tienen su propia moneda, su banco central. En España o Italia el peligro es que, si los precios caen, (los países por sí solos) no pueden hacer mucho", señala Tilford.

Marcelo Justo
BBC Mundo - ‎miércoles‎, ‎13‎ de ‎noviembre‎ de ‎2013